domingo, 27 de mayo de 2012

A Rocío

Existen las personas-luz y las personas iluminadas. Obvia decir que las personas-luz brillan por sí mismas,  mientras que las personas iluminadas necesitan de las primeras para poder ser luminosas, y si no cuentan con una persona-luz cerca de ellas, se apagan y entran en el mundo de los grises.
Yo pertenezco a la categoría de las sombras, y hace unos meses conocí a una persona-luz con un brillo con más vatios de lo normal. Tuve la enorme suerte de que ella me alumbrara,  y pasé de estar apagada a disfrutar de su generosa aura lumínica. Como la unión entre personas iluminadas y personas-luz no se da con frecuencia (ya que estas últimas son escasas y valiosas), a veces no manejaba tanta claridad y llegaba a abusar de su brillo, pero la generosidad es una característica inherente de este tipo de personas, y en ningún momento hubo amenaza de apagón.

Ahora la persona más luminosa que he conocido se marcha a seguir alumbrado a más gente, y a compartir su luz con los que, como yo, no tenemos la suerte de brillar por nosotros mismos.

Y mientras ella contagia su don en una isla muy al norte, yo espero a oscuras a que llegue septiembre para volver a encenderme.

sábado, 26 de mayo de 2012

- ¿Nos vemos mañana?... Nos vemos mañana y pasado mañana
- Y el día después. Y también el otro.
- Y el de después.
- Y esta noche.
- A las ocho, donde siempre.





L'Eclisse, Michelangelo Antonioni

miércoles, 2 de mayo de 2012