lunes, 31 de octubre de 2011

Un regalo de cumpleaños

Siempre me resultó divertido que tu cumpleaños fuera el 31 de octubre, eso te hacía más especial de lo que ya eras.
Cuando iba a verte para la celebración, subía sin esfuerzo los cuatro pisos sin ascensor, te dedicaba un fugaz "felicidades" y me concentraba en los pasteles que habías comprado para nosotros y que a ti te encantaban, porque siempre fuiste un goloso.
Cada año me sorprendía de lo poco envejecido que estabas, de tus inexistentes canas y tus invisibles arrugas, y siempre quería ser como tú de mayor, para permanecer siempre joven.
Pero un verano te mudaste de sitio, y desde entonces no he vuelto a visitarte, ni a felicitarte, porque no me atrevo, porque sé que tu hueco no se ha cerrado.
No obstante, la próxima vez que me visites a tu modo, el onírico, te abrazaré, te daré los pasteles que he comprado para ti y celebraremos tu cumpleaños.



Te lo prometo.








Donde estés, Feliz Cumpleaños.

sábado, 15 de octubre de 2011





- ¿Sabe qué es lo que transforma la noche en luz?
- La poesía.










Alphaville, Jean-Luc Godard