1. El cine. El cine. El CINE.
Mi número 1 de cosas que amo mucho no podía ser otra cosa.
Plus ça change…: Crinolina o miriñaque
Hace 8 años
Pero, en la práctica, semejante sociedad no podría conservarse estable, porque si todos disfrutasen por igual del lujo y del ocio, la gran masa de seres humanos, a quienes la pobreza suele imbecilizar, aprenderían muchas cosas y empezarían a pensar por sí mismos; y si empezaran a reflexionar, se darían cuenta más pronto o más tarde que la minoría privilegiada no tenía derecho alguno a imponerse a los demás y acabarían barriéndoles. A la larga, una sociedad jerárquica sólo sería posible basándose en la pobreza y en la ignorancia.
(...) Y esas obviedades son, a fin de cuentas, las que vienen a recordarnos (entre otras muchas instancias culturales) estos festivales y estas filmotecas; es decir, que la cultura y la expresión artística no saben de conveniencias ni de intereses industriales, que el buen cine no lo imponen los nombres ya consagrados sino las buenas películas, que es preciso mantener y apoyar las instituciones públicas capaces de abrir espacios a la pluralidad, a la expresión creativa más exigente (por minoritaria que ésta resulte a veces), a la programación independiente de los intereses industriales o políticos.
Y conviene recordar todo esto precisamente ahora, cuando de nuevo se intenta poner en cuestión la independencia de las instituciones culturales y de su trabajo a largo plazo (…).
Es preciso recordar, en definitiva, que segarle la hierba bajo los pies a estas instituciones es una forma como otra cualquiera de suicidio cultural.