jueves, 11 de febrero de 2010

Nine (Rob Marshall, 2009)

 


Las comparaciones son odiosas. Pero si haces una película basada en un musical que a su vez está basado en una obra maestra de Fellini, tienes que arriesgarte a que te comparen. Y como  Nine película =  Nine Broadway y Nine Broadway = Ocho y Medio, por tanto Nine película = Ocho y Medio. De esta manera, hablaré de Nine, la película, como versión de Ocho y Medio.

Nine es Ocho y Medio para tontos. Si alguien vio Ocho y Medio y no la entendió, que vea Nine. Esta americanada con ínfulas de película italiana de los 60 no deja lugar a la reflexión, la imaginación o las teorías. Si Fellini dejaba al espectador el papel de adivinador de metáforas, aquí destrozan la ambigüedad para dárselo todo al público bien explicado, no vaya a ser que salga del cine con dolor de cabeza de tanto pensar. Cada cosa, cada relación, cada gesto, está bien amarrado, bien explicado, y, por si acaso, bien repetido. Te machacan las razones por las que Guido,  un Daniel Day-Lewis bastante bueno pero que no le llega a la suela de los zapatos a Marcello Mastroianni (al menos en este personaje), tiene un bloqueo artístico. Te muestran a lo largo de la película la incapacidad de amar del protagonista, y por si acaso no había quedado claro, terminan verbalizándolo (¡horror!).
Y es precisamente la verbalización una de las características más destacables y aborrecibles de Nine. Que te cuenten lo que estás viendo es cansado, además de un insulto a la perspicacia del espectador y al concepto de cine. Intuyo que han pretendido adaptar una película neorrealista al lenguaje cinematográfico norteamericano de masas, y eso es imposible de hacer con éxito. La historia, los personajes, sus acciones, motivaciones y comportamientos sólo tienen sentido en una época, un espacio y un movimiento artístico. Si pones todo eso fuera de lugar, no tiene sentido. Y si le cambias el idioma, menos aún.

Porque lo del idioma es algo que no entiendo. ¿Por qué son italianos, hablan en inglés y meten palabras italianas de vez en cuando? Es ridículo. Podría creerme que son italianos aunque hablen en inglés, ya que si se le da una uniformidad lingüística llega a tener sentido. Pero que sean italianos, hablen en inglés y cuando les venga en gana suelten un ciao, grazie o incluso conversaciones completas en italiano saca totalmente de lugar al espectador. Este lío de idiomas representa a la perfección el poco interés de los americanos por documentarse sobre otras culturas. Se nota que no se han molestado en estudiar el cine italiano, únicamente muestran una y otra vez el tópico de lo que es ser italiano que tienen los estadounidenses. (Be Italian, que dicen  en una de las canciones). 

Si la analizamos como película por sí sola, sigue teniendo los mismos fallos, aunque se aprecian virtudes. Como musical está muy bien, tiene una gran puesta en escena y los números musicales están bastante conseguidos, con coreografías muy buenas. Pero sólo eso. Un musical no puede sostenerse únicamente por los números musicales, porque entonces es un concierto, no una película.

El pecado más grave (e imperdonable) de Nine es su final. De acuerdo en que es una versión y como tal no debe adaptarse fielmente a Ocho y Medio, pero es ofensivo construir un final tan convencional si la película en la que te basas se aleja completamente de ese concepto. Es un final soso, predecible, facilón, prescindible, intercambiable y que no aporta nada a la película en conjunto. Quien vio Ocho y Medio para poder adaptarla se cagó en los pantalones al ver el final, y decidió americanizarlo y, por lo tanto, terminar de infectar a Nine con esas americanadas odiosas.


Lógicamente, salí de la sala con ganas de gritar "no versionéis obras maestras, y menos si sois americanos".

3 comentarios:

  1. No prometas en tu casa que vas a guisar una semana seguida...como caigas en esa trampa, ya nunca más saldrás de ella y ¡te tocará guisar el resto de tu vida!
    ;-DDD
    Tenía clarísimo que no quería ver esta película...a pesar que los repartos rutilantes de estrellas de Hollywood me encaaaantan.
    Un beso

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  2. Pues aunque yo no he visto 8 y medio aún (la verdad es que no he visto nada de Fellini aún), sí que noté esa sensación que tú bien describes de dar por sentado que el espectador es tonto y por ello remarcar todo lo remarcable y repetir lo que no haya quedado claro. Eso sí, yo soy muy amante de los musicales y quedé encantada con algunos números.

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  3. Buenas!! he llegado aquí a través del fotolog ojete, así que como auténtico desconocido me tomo la libertad de añadir comentarios a tu, ya de por sí bueno, texto. Pese a que estoy conforme en casi todo, a mi de Nine lo que más me picó los ojos fué: De gran coreografía NADA, pon mucha gente en un escenario, mueve mucho la cámara y así parecerá que la gente sabe bailar. Y segundo: POR FAVOR!! ¿Qué es eso de querer filmar como Fellini sin ni tan siquiera haber visto a Fellini??. Es la única conclusión que saco de las imágenes en blanco y negro. Es la única explicación que puedo sacar de ese 'low level' de planos; sólo puede ser que el Director de Fotografía no hayan visto a Fellini en su vida.

    ¡Arsa! ya he despotricado a gusto... tan a gusto que lo voy a utilizar para mi fotolog.

    Pese a todo, la peli como entretenimiento básico de una sola neurona, es facilona de ver.

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